Se trata de una de las primeras manifestaciones de arte rupestre que se dio a conocer en la Península del Barbanza. Una roca granítica de gran tamaño que muestra grabadas dos imágenes zoomórficas, concretamente dos cérvidos, macho y hembra, con trazos muy esquematizados. Cada animal presenta seis patas, lo que podría suponer un intento de representar las figuras en movimiento. Los expertos sitúan este grabado entre las edades de Cobre y Bronce. Solo se puede acceder hasta este punto a pie, a través de una pista forestal.