Rianxo contaba hace más de tres décadas con un censo de varios cientos de embarcaciones que la situaban al frente de la actividad pesquera en la comarca. Entonces afrontó la construcción de un muelle para el amarre de la flota, todo un acontecimiento que daba respuesta a una vieja reivindicación. La localidad siempre miró hacia el mar y su zona portuaria se mantiene como uno de los puntos neurálgicos de su energía. El mejillón es el producto estrella. A su lonja llegan las mejores almejas, berberechos y volandeiras.
El puerto deportivo, con 118 amarres, es perfecto gracias al abrigo de sus diques y a su situación privilegiada en el interior de la ría, de aguas tranquilas y lejos de mar abierto.
En Rianxo está el Museo do Mar, eje del proyecto Rianxo, o mar feito tradición.